Roberto Clemente
Aunque a Roberto Clemente Walker (1934–972) se le conoce hoy principalmente como leyenda del béisbol, también fue un defensor de la justicia y la igualdad dentro y fuera de Puerto Rico. Clemente jugó para los “Pittsburgh Pirates” del 1955 al 1972 y fue el primer latino en pertenecer al “National Baseball Hall of Fame”. Ganó numerosos premios, incluyendo cuatro títulos de bateo en la liga nacional, dos premios por ser el jugador más valioso en la Serie Mundial y 12 premios del Guante de Oro–y todo esto durante una época donde las tensiones raciales estaban muy presentes en el campo de juego ya que las ligas de deportes americanos apenas comenzaban a eliminar la segregación. Clemente era un puertorriqueño negro con amplia conciencia política, siempre dedicado a fomentar el acceso a los derechos civiles y humanos. Cuando no estaba jugando béisbol, Clemente se involucraba en trabajos comunitarios en Latinoamérica y el Caribe, usando el béisbol para educar, inspirar y levantar a diversas comunidades. La ambición más grande de Clemente fue crear la Ciudad Deportiva, un complejo deportivo para familias desfavorecidas en Puerto Rico donde los niños y adolescentes pudieran desarrollarse a través del deporte. El proyecto se terminó después de su muerte.
El activismo y la resistencia anti-racista de Clemente tomó varias formas. Aunque los periodistas deportivos se burlaban de su acento e intentaban anglicanizar su nombre al llamarlo “Bob”, Clemente no dejo que lo “blanquearan”. Siempre que tenía la oportunidad, Clemente afirmaba su identidad diciendo que su nombre era Roberto y hablando de su familia en español en los medios. A pesar de que la gran mayoría de su público era blanco, Clemente desafió el racismo en la Liga Nacional de Béisbol. Cuando asesinaron a Martin Luther King, Clemente convenció y movilizó a su equipo para que cambiaran de fecha el partido de apertura que estaba programada para el día siguiente. También luchó contra las prácticas de Jim Crow. Durante los 60s, era costumbre que los jugadores negros se quedaran en el autobús esperando a que les trajeran comida mientras que sus compañeros blancos comían en restaurantes. Sin embargo, cuando los Piratas entrenaron en el sur, Clemente exigió que se les ofreciera un carro para que los jugadores negros pudieran ir a restaurantes que sirvieran a negros. Estos actos a favor de la justicia social llamaron la atención de un público que normalmente no confrontaba esos temas.
Los actos de Clemente dentro y fuera del diamante también fueron parte de un activismo internacional. Uno puede ver su ética de amor y hospitalidad en su dedicación a traer ayuda humanitaria a Nicaragua después del terremoto en Managua del ‘72. Cuando se enteró que la comida y ayuda estaba siendo confiscada por la dictadura de Somoza, Clemente se movilizó para recaudar más de 150,000 dólares en dinero y ropa que llevó personalmente a la gente de Nicaragua. Clemente trabajó veinte horas al día después del terremoto, inclusive durante Navidad. Tristemente, Clemente nunca pudo repartir las provisiones ya que su avión se estrelló antes de llegar a Nicaragua. A pesar de su muerte inoportuna, durante toda su vida Clemente desafió obstáculos raciales y trabajó para crear un mundo más justo para negros, latinos y afro-latinos.
Para más información: Adrian Burgos Jr., Playing America’s Game: Baseball, Latinos, and the Color Line (Berkeley: University of California Press, 2007), David Maraniss, Clemente: The P assion and Grace of Baseball’s Last Hero (New York: Simon & Shuster, 2006), y Bruce Markusen, The T eam that Changed Baseball: Roberto Clemente and the 1971 Pittsburg Pirates (Yardley, PA: Westholme Publishing, 2006).
En sus propias palabras, Roberto Clemente’s last interview: https://www.youtube.com/watch?v=RFEH5nxSoKc&t=5s