Luisa Capetillo

Durante una época donde las mujeres no tenían ni el derecho de voto ni plataformas para organizarse, Luisa Capetillo (1879–1922) sorprendió, inspiró y mobilizó a mujeres y trabajadores con su práctica feminista, anarquista y obrera. Cuando era joven, Capetillo trabajó como lectora, leyendo pasajes de novelas y de escritos socialistas y anarquistas a los trabajadores de una fábrica de tabacos. Habiendo leído ampliamente (incluyendo a Leo Tolstoy, Madeleine Vernet y John Stuart Mill), Capetillo promovía la educación como “la madre de la libertad” y abogaba por una educación universal en el Caribe y en las Américas. 

En 1909, Capetillo publicó su primer libro, Ensayos Libertarios, que imaginaba una nueva sociedad igualitaria forjada a través de sindicatos y cooperativos de trabajadores. Dos años después, Capetillo publicó Mi Opinión Sobre las Libertades, Derechos y Deberes de la Mujer, un libro que se convirtió en un tratado feminista muy importante. Después, Capetillo se unió a la Federación Libre de Trabajadores y dirigió huelgas masivas de la Federación de Torcedores de Tabaco y de la Federación Libre. En 1916, Capetillo ayudó a movilizar a 40,000 trabajadores de la industria de azúcar para una huelga que duró cinco meses la cual logró incrementar los sueldos de los trabajadores y se convirtió en un momento fundacional en la trayectoria laboral de Puerto Rico. 

Este planeta nos pertenece a todos y no es sólo para el privilegio de unos pocos.
— Luisa Capetillo

A pesar de todo el apoyo que recibió, Capetillo pagó un precio por su radicalismo. Siendo una de las primeras mujeres en usar pantalones en público, Capetillo fue arrestada en Cuba y se presentó ante la corte en 1915. Capetillo también fue golpeada por la policía y los rompehuelgas; y fue deportada por oficiales estadounidenses de la República Dominicana en 1916 por su participación en movimientos laborales y feministas. Dado a su relación complicada con el gobierno de Puerto Rico, Capetillo viajaba con frecuencia a Nueva York. Durante los viajes, se ponía en contacto con diferentes grupos y activistas que buscaban establecer un sistema escolar pan-caribeño para los hijos de los trabajadores agrícolas. En teoría y práctica Capetillo continuó luchando por el sufragio universal, los derechos políticos y el derecho de la mujer de expresarse y vestirse como quiera. Capetillo además estableció uno de los primeros restaurantes vegetarianos en Nueva York. Aunque hoy es poco conocida, la visión política de Luisa Capetillo, la cual promueve la libertad, la educación y la justicia continúa siendo vigente y radical. 

Para más información, véase, Luisa Capetillo, Obra Completa: Mi patria es la libertad (Rio Piedras: Universidad de Puerto Rico, 2008) y Norma Valle, Luisa Capetillo, Pioneer Puerto Rican Feminist (The University of Puerto Rico, Río Piedras, Spring 1991)